El timbre sonó a las tres. Mile salió presurosa hacia la puerta, puesto que ya sabía quién llegaba.

_ ¡Hola, Jacky! –Dijo juntando sus mejillas- ¡Como siempre tan puntua!

_Jajaja. Hay que aprovechar la tarde para poder celebrar tranquilas. Recíbeme ésto, para entrar mi bicicleta. –Le alargó una bolsa que contenía una botella de aguardiente-

_Entrala al patio.

Milena y  Jacqueline eran dos amigas inseparables. Terminaban sus estudios de secundaria y el siguiente domingo celebrarían su grado, así que habían acordado tomarse unos tragos ese día viernes, aprovechando que los padres de ambas llegarían tarde de sus respectivos trabajos. Entre anécdotas y recuerdos, venían las copas. La nostalgia las embargaba porque, a partir del año entrante, ya no estudiarían juntas. Cuando el reloj marcaba las seis, Jacky decidió que ya era hora de  marcharse. Fue por su bicicleta seguida su amiga. Al tomarla, perdió el equilibrio por unos segundos, lo que no pasó desapercibido para Mile.

_ ¡Oye, creo que es mejor que dejes la bicicleta y te vayas en taxi.

_No, ni loca me voy en un taxi sola. Fresca que estoy bien. Te llamo cuando llegue. Chao.

_ Listo. Nos vemos el domingo.

Un poco antes de la media noche, Milena dormía profundamente. Sin embargo, su sueño fue interrumpido intempestivamente. Hizo el intento de voltearse hacia su mesita de noche para prender la luz y mirar la hora, sin embargo algo le llamó la atención: Cerca de los pies de su cama, parecía como si alguien estuviera allí. Escudriñó entre la oscuridad y…

_ ¿Jacqueline…? ¿Qué pasó?

Sin embargo Jacqueline la miraba de manera muy rara. Unos segundos después, muy seria, dijo:

_”Llama a mi mamá”. “Dile que vaya por mí al hospital de Kennedy”.

_Pero… No entiendo!

_“Hazlo ya”. –Su imagen se borró lentamente entre las sombras-

Milena se pasó los dorsos de las manos por los ojos, encendió la luz y miró a uno y otro lado. No había nadie. Se quedó pensativa.

_ “Sería un sueño? …Pero…tan real?”

Mas, como impulsada por algo, fue a la sala y marcó el teléfono. Le respondió la madre de su amiga.

_Señora, buenas noches. Soy Milena.

_Hola, Milena, qué gusto escucharte. ¿Jakcky está contigo, cierto?

_No, señora. Salió de aquí como a las seis y me quedé esperando su llamada. Pero acabo de tener un sueño tan real en el que me pedía que le diga a usted que vaya por ella al Hospital de Kennedy.

_Voy para allá. –Y colgó sin despedirse para ir a despertar a su esposo-

Ya en el hospital los padres preguntaron en Información. Un médico se acercó a responderles:

_Buenas noches. Ehh… lamento informarles que la niña fue traída de urgencias por una patrulla. Tengo entendido que fue atropellada por un bus en la Glorieta de Banderas. Al parecer, había ingerido licor. Desafortunadamente no pudimos hacer nada por ella y falleció. El cuerpo será entregado a Medicina Legal.

Los padres se abrazaron entre sí llorando desconsoladamente.

FIN.

Autor: Hugo Hernán Galeano Realpe. Derechos reservados.